Tus compras no deberían REBAJAR los derechos de las Personas que las hacen
Seis años después, el aniversario del derrumbe del Rana Plaza en Bangladesh sirve para recordar lo mejor y lo peor del comercio de la industria textil y de la confección. Lo peor son las condiciones laborales extremas y la vulneración de derechos que millones de personas sufren en muchos países. Lo mejor es el gran potencial de desarrollo económico, social y humano de esta industria si estas condiciones cambian, y el mejor ejemplo lo encontramos en cómo el comercio justo mejora la vida de las trabajadoras textiles en India. Quienes elegimos consumir comercio justo, tenemos la oportunidad de influir para que las grandes cadenas de la moda adopten condiciones dignas y responsables: con los trabajadores y trabajadoras, con quienes compramos sus productos, y con el planeta.
Compra justo. No les Rebajes.
1 SEIS años tras el derrumbe del Rana Plaza
“Los supervisores me dijeron: no te preocupes, sigue trabajando”. Solo unas horas después, el edificio se derrumbó.”
Rosina Akter (War on Want 2014)
El derrumbe del Rana Plaza en Savar, Bangladesh, y la muerte de 1.134 personas el 24 de abril de 2013, provocó un sentimiento general de indignación e hizo que la opinión pública de todo el mundo se preguntara con intensidad y alarma en qué condiciones se fabrica nuestra ropa.
Esta tragedia fue catalizadora de un cambio. Puso los derechos de las personas y las condiciones de trabajo del sector textil mundial en el punto de mira. Desde entonces, algunas cosas han mejorado. El “Acuerdo para la Seguridad en Edificios y contra Incendios”, de obligado cumplimiento y firmado en 2013 por el Gobierno de Bangladesh con empresas globales y locales, sindicatos y ONGs, hace creer que es posible cambiar un modelo de producción, comercialización y consumo que fomenta condiciones laborales indignas, injustas e ilegales.
Entre otras medidas, este acuerdo incluye regulaciones sobre seguridad laboral y actuación y presencia de los sindicatos en los centros de trabajo. También habla de remuneraciones justas, inspecciones independientes y públicas, o del derecho a rechazar trabajo inseguro.
Desde 2013, algunos Gobiernos de la región asiática, productores textiles, han aumentado los salarios mínimos legales -el Gobierno de Bangladesh aumentó el salario mínimo en un 77%, y Camboya en un 28%-. (Puedes leer más sobre esto en el informe de textil del blog Carro de Combate). Son sueldos aún insuficientes, pero que avanzan hacia un salario digno. Además, dos años después de la tragedia y no sin esfuerzo, las familias afectadas recibieron las indemnizaciones debidas, con contribuciones de todos los actores de la cadena de suministro.
Pero los avances son frágiles y, como afirma el reciente informe de seguimiento de la Campaña Rompa Limpia, queda mucho por hacer. La represión severa del movimiento sindical y de las protestas de trabajadores y trabajadoras textiles en Bangladesh en los últimos años, han sido denunciadas por la campaña Ropa Limpia en el ámbito internacional, y apoyadas en cierta medida por algunas cadenas globales del mundo de la moda como Inditex, C&A o H&M.
El Acuerdo para la Seguridad de Bangladesh puede servir de ejemplo para otros casos y países de la región, mejorando derechos, la seguridad y la salud en el trabajo, así como la transparencia de las marcas de moda y las cadenas de suministro.
Este informe muestra cómo un modelo alternativo de comercio justo se basa en condiciones laborales dignas y contribuye a mejorar la vida de los trabajadores y trabajadoras del sector textil y de la confección, utilizando India como ejemplo. Varias trabajadoras de la cooperativa Creative Handicrafts reflexionan sobre los cambios que el comercio justo ha traído a sus vidas. Desde hace más de 30 años, Creative Handicrafts trabaja en el área de Andheri East, en Bombay (Maharashtra), y engloba a trece grupos productores. Creative apostó desde sus inicios por el comercio justo y las mujeres más vulnerables.
Este documento apoya la iniciativa ‘No les Rebajes’, que apuesta por un modelo de producción, comercialización y consumo sostenible y responsable que pone a las personas en el centro de las decisiones. Un modelo que invita a la ciudadanía con poder de consumo a conocer y ejercer opciones más justas y equitativas de compra. Un modelo que invita a las empresas sensibles a escuchar esta demanda ciudadana y actuar en consecuencia.
2 ¿por qué el comercio importa? ¿por qué importa que sea justo?
“El comercio justo no es ni caridad ni ayuda. Al contrario, es una relación profesional entre quienes producen y quienes compran, basada en el respeto y en la práctica justa de los negocios.”
Rajlakshmi Cotton Mills Ltd
Vivimos en un mundo que se enfrenta al reto de la pobreza y la desigualdad. Los más ricos están absorbiendo el crecimiento de los ingresos y la riqueza mundial a un ritmo alarmante. Como resultado, el 1% más rico posee la misma riqueza que el 99% de la población mundial,[i] y las oportunidades de desarrollo económico y social no llegan a todas las personas por igual, ni todas parten de la misma posición para acceder a ellas.
El comercio puede ser un importante motor de desarrollo y fuente de riqueza, así como un medio para el crecimiento sostenible y la reducción de pobreza. Pero como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) reconoce, sus beneficios no se reparten equitativamente entre todos los sectores y personas. En particular, no llegan a quienes se encuentran en los últimos eslabones de las cadenas de producción. Son los colectivos más vulnerables -marginados y/o sin cualificación-, quienes quedan fuera de las oportunidades de desarrollo económico, social y humano asociadas al comercio internacional.
El comercio justo es un sistema que intenta fortalecer la posición de quienes están en los últimos eslabones, reequilibrando desigualdades y procurando que más personas tengan mejor acceso a las oportunidades que el comercio genera. “Es un sistema basado en el diálogo, la transparencia y el respeto, que busca una mayor equidad en el comercio internacional, prestando especial atención a criterios sociales y medioambientales. Contribuye al desarrollo sostenible ofreciendo mejores condiciones comerciales, y asegurando los derechos de las personas trabajadoras más vulnerables”. Puedes encontrar la definición de Comercio Justo mundialmente aceptada aquí.
En el modelo económico que Oxfam propone para el 99% de la población, el comercio justo es un ejemplo práctico que genera más equidad porque:
- Personas y colectivos tradicionalmente marginados y con serias dificultades para acceder al mercado de trabajo, tienen una puerta de acceso -migrantes, mujeres, castas bajas, personas con baja cualificación-.
- Ofrece condiciones laborales dignas: seguridad y salud en el trabajo, horas y descansos adecuados, mejor remuneración, asociación y libertad sindical, etc.
- Favorece el acceso a mercados y estabilidad en la relación comercial entre proveedor y productor.
- Contribuye a equilibrar las desigualdades de poder en la cadena comercial, a través de la fijación de precios participados, grupos productores democráticos, o combatiendo las desigualdades de género -facilitando acceso de las mujeres al trabajo, a posiciones de gestión y dirección, o garantizando el mismo pago por mismo trabajo realizado-.
Para cerrar la brecha entre una minoría rica que acumula riqueza y poder y el resto de las personas, y luchar contra la pobreza, es necesaria una economía más inclusiva, con actuaciones decididas por parte de todos los actores implicados. También de las personas consumidoras, para ejercer un consumo justo y sostenible, y para presionar a gobiernos y empresas de cara a conseguir políticas comerciales justas.
Puedes encontrar moda de Comercio Justo de las personas productoras que aparecen en esta entrada en las tiendas Oxfam Intermón y en nuestra tienda electrónica
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