COMERCIO JUSTO EN OXFAM INTERMÓN: 25 AÑOS DE VIAJE
Isabel Martín estaba dedicando su vida a que las mujeres más marginadas del slum de Andheri, en la ciudad india de Mumbai, pudieran ganarse la vida. En realidad, su preocupación eran los niños, y, sobre todo, las niñas, pero tras varios proyectos, comprendió que, si conseguía que sus madres tuvieran unos ingresos dignos, todos lo demás iría llegando. Pero no era evidente cómo lo tenía que hacer. Al fin y al cabo, las mujeres ya llevaban toda su vida –y probablemente varias generaciones– pensando cómo conseguirlo. Cuando Isabel volvía a su Guijuelo natal, solía llevar algunas telas y ropas sencillas que habían hecho las mujeres y que vendía entre conocidos. Ella no lo llamaba entonces Comercio Justo. Hoy así lo conocemos.

©CreativeHandicrafts
Oxfam Intermón inició su trabajo en Comercio Justo con siete tiendas en las que se vendían los productos de Isabel (Creative Handicrafts) y los de muchas otras pequeñas organizaciones que en Asia, África y América Latina apoyaban a colectivos vulnerables facilitándoles la producción de artesanías y comercializándolas después en Europa o en los Estados Unidos.
Han pasado veinticinco años. Todo ha evolucionado mucho, pero desde Oxfam Intermón seguimos comprando a Creative Handicrafts y seguimos teniendo aquellas siete tiendas. Y sobre todo seguimos aspirando a ligar comercio y justicia. Los grupos de productores y productoras, ahora son mayoritariamente cooperativas agrícolas que cultivan café, cacao, té, caña o algodón. Pero siguen siendo organizaciones que facilitan el trabajo a las personas al tiempo que consiguen mercados que reconozcan el verdadero valor de los productos. Ahora las relaciones tienen muchos más tecnicismos y tanto los grupos como Oxfam Intermón nos hemos ido dotando de profesionales del comercio internacional para llevar unas compras que superan los tres millones de euros al año. Pero sigue siendo evidente que la relación no es la del comercio convencional. Es un partenariado, tal como solemos hablar en un término de inglés castellanizado. Por ejemplo, enviamos anticipos del 50% o del 60% junto con el pedido, facilitando que las organizaciones no tengan que endeudarse para hacer frente a la cosecha o a la producción, pagamos las primas sociales para que financien proyectos de desarrollo comunitario como rehabilitación de escuelas o arreglo de los caminos, y financiamos proyectos de fortalecimiento de las organizaciones cuando se identifican dificultades, y por supuesto, seguimos pagando precios justos que permiten a las familias llevar una vida digna.
Y ya no hay solo siete tiendas, sino treinta y cuatro, gestionadas por personas voluntarias que enlazan de manera desinteresada a las que consumen con las que producen. Son miles las mujeres –y cientos los hombres– que durante veinticinco años han levantado las persianas cada mañana y han cuadrado las cajas cada noche. Han preparado escaparates y realizado inventarios. Han llevado los productos a ferias, colegios, universidades, empresas y eventos de todo tipo. Y como muchas dicen, no ha sido de manera desinteresada, porque a cambio se han llevado la satisfacción de quien sabe que ha hecho algo bueno.


El trabajo en Comercio Justo lo enfocamos de forma integral. No sólo compramos a las organizaciones productoras en los países en desarrollo, sino que además apoyamos su desarrollo con proyectos de fortalecimiento. No sólo comercializamos esos productos, sino que invertimos en diseños y transformaciones que los hacen más atractivos y, con ello, generamos más compras hacia las organizaciones. Y no sólo vendemos los productos en nuestras propias tiendas, sino que alcanzamos acuerdos de distribución con otras organizaciones que también tienen tiendas de Comercio Justo, aunque no compren directamente en los países. También hemos trabajado mucho, especialmente desde las tiendas, en sensibilizar sobre la importancia de consumir de la manera más responsable posible, para no contribuir inconscientemente a injusticias. Hemos realizado campañas que cuestionan algunas reglas injustas del comercio internacional. Y, además, nos hemos implicado en las redes asociativas del movimiento de Comercio Justo, tanto a nivel español como a nivel internacional, asumiendo la responsabilidad que nos corresponde por ser la organización líder en ventas de Comercio Justo en España.
Nuestro principal indicador de Comercio Justo: las compras
Cinco años después de empezar la actividad de Comercio Justo, ocurrió un hecho importante: un supermercado nos compró un pallet entero de café natural molido. Fue el primero de miles y miles de pallets que han ido facilitando a centenares de miles de consumidores y consumidoras el acceso a los productos de alimentación que ahora se identifican con la marca TIERRA MADRE. Y gracias a este logro, miles de familias campesinas de café en Nicaragua, Uganda o Guatemala, de azúcar de Paraguay, de panela de Perú, de té de Sri Lanka o de arroz de Tailandia, han podido vivir dignamente de su pequeña parcela. El trabajo con el sector de la distribución, además, nos ha permitido influir directamente en empresas con cadenas de aprovisionamiento que pueden generar impactos en contextos tan lejanos como los que Oxfam Intermón trabaja. Conseguir que algunas empresas de este sector sean aliadas en la lucha contra la pobreza sigue siendo un desafío. Recientemente hemos alcanzado algunos acuerdos de cobranding que muestran una nueva línea de trabajo, como el que se detalla en otro reportaje de esta misma revista.
Las marcas ya mencionadas de VERALUNA y TIERRA MADRE, junto con SENZIA –la marca de cosmética natural y de Comercio Justo de Oxfam Intermón– son la culminación de largos procesos de aprendizaje donde tanta gente ha colaborado como consumidora, como asesora, como productora, o simplemente opinando sobre ellas. Algunos productos, como los cafés TIERRA MADRE MUJER, han llegado a niveles muy altos de impacto en las comunidades, pues a los beneficios del Comercio Justo, han añadido propósitos específicos de defensa de derechos de mujeres y de protección del medio ambiente.
Todo lo que se ha conseguido durante estos años ha tenido unas colaboraciones imprescindibles: las compradoras y los compradores de los productos. Desde las artesanías que protagonizaron las ventas de los primeros años, hasta el vestir, los alimentos o la cosmética que actualmente vendemos, siempre hemos contado con el interés de miles de personas que han confiado en nuestra propuesta y que han demostrado su convicción de que el comercio, realizado con criterios de justicia, puede generar oportunidades de desarrollo para personas que viven en contextos vulnerables. Desde aquí, nuestro agradecimiento a todas ellas.
Y el futuro sigue planteando desafíos: el cambio climático, los derechos de las mujeres, o las reglas injustas del comercio internacional. En Oxfam Intermón seguiremos trabajando por un mundo más justo. Demostrando que con la actividad de Comercio Justo es posible asegurar los derechos de todas las personas que integran la cadena de suministro de los productos, sin que haya que renunciar a la calidad y a la sostenibilidad financiera, que es posible satisfacer una demanda sin reducir los derechos de quien produce la oferta, que hay mucha gente que quiere hacer de su consumo un acto de justicia. Demostrando que Isabel Martín estaba en lo cierto.